El Gran Cabrón

A veces las noticias te sobrevienen, desde luego esta es una de ellas. Miquel Ángel Pérez, todo un referente en el mundo de la fotografía, nos ha dejado de forma repentina y casi fugaz.

He revisado los mensajes que nos enviábamos y he encontrado está foto, “el gran cabrón”, me decía en el mensaje, ese particular humor irreverente que tanto me hacía reír. Este escrito y esta petición son para ti, mi querido gran cabrón.

Miquel, “el gran cabrón”

Hacía años que no veía a Miquel, entre los dos se produjo una distancia lenta, sin discusión, atravesada por los cambios de la vida, por la lejanía propia de vivir en otro lado, de poner también el cuerpo en otro lugar, lejos, de no compartir las mismas rutinas, de no compartir.
No me importaba, sabía que estaba allí, como el faro que de fondo cada noche ilumina el mar. De vez en cuando nos enviábamos algún mensaje, alguna breve promesa de quedar para vernos, no me importaba, yo sabía que estaba en mi vida, me arropaba en todo lo que hemos vivido, nuestras horas de laboratorio compartidas, todo lo que me ha enseñado y todo lo que nos hemos reído.

Así que ahora me siento sobrevenida, en parte huérfana, creo que así nos sentimos muchas y muchos que nos hemos criado fotográficamente con Miquel, su conocimiento fotográfico y su gran generosidad creó escuela.

Miquel me enseñó muchas técnicas, compartimos muchas horas de laboratorio y tuvimos muchas discusiones, pero si algo me descubrió fue la libertad, Miquel abrió de par en par las puertas y ventanas de mi creatividad, eso que las escuelas no paran de coartar, me enseñó que las posibilidades para trabajar una fotografía eran infinitas, “podrías tener un solo negativo, positivarlo de mil maneras distintas durante toda tu vida y no te aburrirías nunca”.
Miquel no solo era un dependiente de una tienda de fotos, “el de Casanova” que solucionaba todas las dudas de laboratorio a todos los estudiantes, amateurs y fotógrafxs de prestigio que pasaban por allí.

Hay que decir que desde ese lugar, aparentemente inofensivo, detrás del mostrador, Miquel, actuaba como un activista, promulgando su pensamiento político de la fotografía, de la que tiene plata, algo que tenía más que ver con el amor a una manera de trabajar la imagen, casi como un pintor, con un respeto enorme por la copia única, por el acabado en papel.

Su archivo fotográfico es impresionante, su obra es en general, desconocida pero ha tocado todos los palos, hay trabajos que me parecen increíbles y otros que no soporto, pero la obra que deja Miquel es abrumadoramente compleja y rica en mil matices. Creo que la historia de la fotografía de este país tiene una gran deuda con Miquel.

Miquel y yo

Queridas y queridos amigxs del mundo de la fotografía, conocidos y desconocidos fotógrafxs, aquellas personas que en algún momento, Miquel formó parte de vuestras vidas, quien comparta cariño y respeto por su persona y su figura, os propongo una reunión de amiguetes. Creo que ese gran cabrón se merece un homenaje o por lo menos buscar un momento en esas ajetreadas agendas de la vida que llevamos para reunirnos, tomarnos unas cervecitas y ponerle a caldo como se merece.

A la familia de Miquel, a la Mercè y a sus hijos, un abrazo muy grande.

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