Si en el capítulo anterior de esta comparativa hablamos de las principales diferencias en la manera que tienen los programas analizados de gestionar y catalogar los archivos, en esta segunda entrega vamos a tratar de averiguar cómo resuelven la interpretación de los diferentes archivos RAW.
En la primera parte comparábamos los dos gestores de Adobe –Bridge y Lightroom– con Capture One. Dado que el motor de revelado utilizado por Adobe es idéntico en Camera RAW y en Lightroom y tan sólo cambia la apariencia para este segundo apartado, vamos a limitarnos a comparar Adobe Camera RAW con Capture One.
Comenzando a revelar
Una de las quejas más habituales que se escuchan respecto a los reveladores RAW de Adobe provienen de los usuarios de cámaras sin espejo. Es es caso, especialmente, de los propietarios de cámaras Fujifilm, que apreciaban que Camera RAW no sólo no extraía todo el potencial de los sensores X-Trans, sino que generaba artefactos extraños, conocidos popularmente como gusanos.
Por ese motivo, Adobe introdujo una opción denominada ‘Detalles de la mejora’ que utiliza la bautizada como ‘inteligencia artificial’ para mejorar la reproducción del color y los detalles especialmente en este tipo de sensores.

Esta mejora, aparentemente interesante, resulta tan engorrosa que solo merece la pena cuando el archivo se va a utilizar para un trabajo importante que requiera cuidar el detalle. Decimos que resulta engorrosa porque tarda entre 10 y 30 segundos –o más, dependiendo de los procesadores de los que disponga nuestra ordenador– en aplicarse y porque no actúa sobre el propio archivo, sino que genera un DNG a partir del cual debemos trabajar.
Como resultado obtenemos, efectivamente, una foto sin ese efecto acuarela que se aprecia al ampliar los archivos RAF procesados con Camera RAW, pero, aun así, con bastante más ruido que el que se obtiene al abrir el mismo archivo con Capture One sin realizar ningún tipo de ajuste.
Por sí sola, esta ya supone una buena noticia para los usuarios de cámaras Fujifilm porque, sin necesidad de cualquier otro ajuste, ya se gana en ausencia de ruido.
En las muestras adjuntas podemos observar que, aunque el ruido generado por ACR no resulta tan evidente como en los archivos de Fujifilm, también contienen menos ruido los archivos abiertos con Capture One. No obstante, apreciamos, especialmente en el archivo de Olympus, un ligero sobreprocesado que resta naturalidad a la textura de la piel.
Vemos en todas las muestras que, sin realizar ningún tipo de ajuste, los archivos de todas las marcas analizadas se benefician de una estructura más suavizada y con menos presencia de ruido general.
Antes de lanzar las campanas al vuelo, hay que observar, no obstante, que los valores de reducción de ruido que vienen por defecto en Capture One son mucho mayores que en Camera RAW lo cual influye en parte en estos resultados.
Resulta difícil, en cualquier caso, evaluar en qué medida influyen estos diferentes valores pues cada programa utiliza su propia escala por lo que el mismo número no tiene por qué afectar del mismo modo en ambos sistemas.


Capas
La principal diferencia entre Capture One y Camera RAW radica en la posibilidad del primero de editar por capas. Estas capas que, como veremos a continuación, pueden ser de varios tipos, y permiten variar la opacidad para afinar los resultados. Asimismo, los ajustes de las capas se pueden copiar entre ellas y también de unas fotografías a otras.

Por una parte, las llamadas en Capture One ‘vacías’, nos van a permitir realizar ajustes locales de manera muy similar a cómo se hacen en Camera RAW –mediante pinceles, degradados y áreas elípticas– pero con la ventaja añadida de poder variar la opacidad.
También se pueden elegir las zonas mediante máscaras de luminosidad. ACR ofrece una opción parecida, pero con menos opciones y limitada siempre a un área creado previamente.

Un segundo tipo de capas –denominada en Captura One ‘llena’– sirven para crear ajustes globales a toda la fotografía o aplicar preajustes ya creados. Siempre, al tratarse de capas, pudiendo variar la opacidad con la intención de elegir la cantidad a usar de ese ajuste.
Las ‘capas de clonación’ sirven para borrar elementos molestos, ampliar fondos o repetir partes de la fotografía mientras que las ‘capas de curación’ funcionan de manera muy similar al pincel de eliminación de manchas –o de tintas planas– de Camera RAW pero con el valor añadido ya mencionado de la opacidad.
Lo más parecido en Camera RAW lo encontramos en los mencionados ajustes locales. Estos, como sabrá el lector, permiten mediante pinceles, degradados o áreas circulares, corregir ajustes generales pero una vez aplicados no podemos variar su intensidad.

Además, las únicas correcciones de color disponibles aparecen en la temperatura de color, la saturación o la aplicación de filtro de color. En Capture One, por el contrario, además de estos ajustes básicos podemos tocar curvas, niveles, viñeteado y cualquier otro ajuste.
Gestión de color
Adobe decidió otorgar más importancia al tratamiento de la fotografía cuando cambió de ubicación en su panel de revelado a los ajustes de perfil. Aquí podemos asignar a la imagen un acabado previo que modifica las tonalidades y la curva general para continuar trabajando a partir de aquí.

Las posibilidades de elección en Adobe incluyen los perfiles importados por la cámara, otros tantos perfiles propios de Adobe y muchos otros ajustes creativos que se agrupan bajo los epígrafes Artístico, Blanco y negro, Moderno, Vintage y de usuario.

Capture One incluye también los perfiles propios de la cámara y añade cuatro más: estándar, lineal, sombra extra y alto contraste.
Aunque la opción más interesante la encontramos en la potente herramienta denominada ‘Balance de Color‘ que nos permite ajustar tono, saturación y luminancia de manera independiente en las sombras, tonos medios y luces de la fotografía. Posee, además, esta herramienta, ajustes prefijados con diferentes opciones de tonos fríos y cálidos, entre otros.

El editor de color de Capture One incluye dos opciones más –la avanzada y tono de piel– que permiten realizar un control mucho más preciso del color. La avanzada acumula los ajustes en una especie de capas que se pueden mostrar u ocultar tanto para comprobar la diferencia como para esconderlo temporalmente.


Precisamente, la herramienta de color de Capture One, ya potente en versiones anteriores, se ha beneficiado de mejoras en la última actualización. Ha añadido simpleza en el uso –imitando aquí a las regletas de Lightroom–, nuevos rangos de color por defecto y la posibilidad de personalizar estos.
La opción ‘Dividir tonos’ en ACR permite ajustar los colores de manera genérica utilizando como punto de partida las luces y las sombras y variando el matiz y la saturación. En Capture One, esta opción, denominada aquí ‘virado’, sólo funciona en caso de que convirtamos la fotografía a blanco y negro. No obstante, si deseamos lograr un resultado similar en color, contamos con la opción antes mencionada’“balance de color’.
Curvas y niveles
En ACR contamos con la curva para realizar ajustes tonales en la fotografía. Gracias a ella podemos realizar ajustes de manera global en los tres canales de color o de manera individual por cada uno de ellos.

Capture One permite esto mismo pero multiplicando las opciones. En primer lugar, porque, gracias a sus múltiples posibilidades de personalización, podemos mostrar a la vez tanto la curva RGB como las curvas de cada uno de los canales de manera independiente –si no se desea también se puede trabajar por pestañas igual que en ACR–.

En segundo lugar, porque añade una nueva curva denominada ‘luma’ que afecta únicamente a la luminosidad. Aunque, en teoría, al trabajar sobre la curva RGB obtendríamos los mismos resultados, la realidad es que ésta afecta al color mientras que la curva luma, no, como puede verse en las muestras adjuntas.


En tercer lugar, en Capture One podemos, además de trabajar las curvas, utilizar los niveles con las mismas ventajas mencionadas para las curvas, aunque, en este caso, no contamos con el canal de luminosidad.

Otras opciones
Hemos repasado hasta ahora los ajustes más importantes que se utilizan para editar una fotografía, pero no hay que pasar por alto otros que, aunque menos importantes, también resultan interesantes.
Tanto Capture One como Adobe Camera RAW contemplan la reducción de muaré. La diferencia radica en que el primero dispone de una herramienta específica en la que elegir la cantidad de reducción y de trama. En ACR, esta reducción sólo aparece en los ajustes locales y sólo permite graduar la cantidad.



La creación de grano para simular la apariencia de película fotográfica también está contemplada en ambos programas, pero, una vez más, Capture One cuenta con opciones ampliadas. Mientras que en ACR sólo podemos elegir la cantidad, el tamaño y la rugosidad, en Capture One existe un abanico de tipos de grano sobre los que podemos aplicar el impacto y el grosor –granularidad–.




Capture One ofrece una interesante ayuda que no encontramos en Adobe. Hablamos de la ‘máscara de enfoque’. Esta guía configurable, que se puede activar o desactivar muestra con pintura –verde fosforito por defecto– las áreas nítidas de la imagen. Cuando se muestra, podemos comprobar rápidamente dentro de la biblioteca qué fotos están mejor enfocadas.

Tanto para trabajos en equipo como para ediciones avanzadas, puede resultar de gran ayuda la herramienta de anotaciones que incorpora Capture One.

Panorámicas y HDR
Según lo visto hasta ahora, esta comparativa da la impresión de una partida de póquer en la que Capture One ve la apuesta de Adobe y la sube. Pero hay una interesante función en la que el programa de Phase One no ha entrado: la combinación de imágenes.
Aunque de relativa novedad en Adobe, sus usuarios se han acostumbrado a la facilidad con que se pueden realizar panoramas y combinaciones de alto rango dinámico. Basta con seleccionar las fotografías tomadas y el programa, automáticamente, las combina con resultados satisfactorios. Incluso si se mezclan ambas opciones: panorámicas con alto rango dinámico.

Entre las quejas más habituales de quienes se plantean cambiar de sistema se escucha esta carencia que ignoramos si aparecerá en próximas ediciones de Capture One.
Exportación
Entre las actualizaciones más recientes de Adobe encontramos la renovación de los módulos de exportación para poder configurar y facilitar la conversión por lotes de imágenes procesadas. Gracias a esta novedad, las diferencias entre la manera de exportar de uno y otro sistema se tienen más que ver con la apariencia que con la utilidad o el resultado.

Tanto Capture One como Lightroom permiten incluir marcas de agua, bien textuales, bien gráficas en las fotografías que se van a exportar.

Lightroom, además, incluye módulos de creación de libros, proyección –con muchas más opciones que un simple pase de diapositivas– impresión y creación de galerías web. También, tanto en Lightroom como en Bridge, encontramos un panel que permite publicar directamente en los servicios de stock de Adobe o de otros servidores como Flickr.

Conclusiones
A la vista del análisis y resultados, pocas dudas caben acerca de las ventajas de edición de Capture One sobre Adobe. Todos los ajustes posibles de Camera RAW –a excepción de la creación imágenes por combinación tipo panorama o HDR– los encontramos en Capture One, pero potenciados o con más opciones.
Sin embargo, si nos preguntamos si merece la pena cambiar de revelador, la respuesta no resulta tan sencilla y, en última instancia dependerá, obviamente, de cada caso particular.
Aparte de las lógicas necesidades de cada usuario, el presupuesto influye de manera determinante. El plan de fotografía de Adobe y su asequible precio de 12 € mensuales ha conseguido que muchos fotógrafos se olvidaran del siempre molesto –e ilegal– ‘pirateo’ para poder disponer de una copia legal y permanentemente actualizada de un completo paquete de revelado y retoque.
Además de las diferentes opciones de compra, Capture One ofrece también una cuota de suscripción con actualización permanente. La cantidad actual de esa cuota apenas excede 8 € sobre el plan fotográfico de Adobe. Hasta ahí, todo bien. La duda para muchos presupuestos se plantea porque, Capture One puede reducir el número de ocasiones en las que usar Photoshop, pero no eliminar su necesidad por completo. Por lo tanto, a la cuota de Capture One habría que añadir la de Adobe.
Un profesional con mayor volumen de trabajo dedicado a la edición valorará con mucho interés todos los ajustes de edición avanzada que cuenta Capture One, siendo las capas una de las funciones más usadas a este nivel. Habrá, por contra, muchos otros usuarios que, con menor carga de edición y mayor énfasis en la catalogación de grandes bancos de imágenes, prefieran seguir usando Lightroom en asociación a las aplicaciones de la ‘nube’ de Adobe, Creative Cloud; y todo ello sin incurrir en más gastos mensuales ni tener que aprender un software nuevo.
One Response
Como siempre estupendo artículo Fernando.
Sigo esperando el día en que un solo programa me resuelva impecablemente todas mis necesidades de archivo, revelado, impresión, HDR, panos, enfoque, ruido y Focus stacking, en vez de tener que usar 4 ó 5 como hasta ahora.
Un saludo